Inocuidad del alimento
Mantener la seguridad de los alimentos balanceados es esencial para producir alimentos seguros. Los alimentos siempre corren el riesgo de contaminarse con patógenos y agentes que pueden deteriorarlos, como la Salmonella, el E. coli, los hongos y las levaduras, que pueden afectar a la calidad nutricional de los alimentos y reducir el rendimiento de los animales. Algunos microorganismos, como la Salmonella, pueden incluso suponer un peligro para la salud pública.
Gestión del riesgo de micotoxinas
La contaminación de las materias primas con micotoxinas en el campo o durante su almacenamiento en las plantas de alimento balanceado es un factor clave a evitar para mantener la calidad del alimento final. No conseguir una alta calidad de los alimentos puede suponer pérdidas económicas para las plantas de alimento balanceado como resultado del deterioro en calidad, un impacto negativo sobre la reputación de la marca y un deterioro significativo en la salud y desempeño de los animales que lo consumen.
Gestionando la humedad en el proceso de producción
La pérdida de humedad en el proceso es inevitable en el proceso de producción de los alimentos balanceados. Una gestión ineficaz de la humedad durante el proceso productivo puede ocasionar consecuencias económicamente negativas. Entre las posibles consecuencias se encuentran la reducción de la vida útil, la inconsistencia del valor nutricional, un menor rendimiento de la planta, un deterioro del indica de durabilidad del pellet o la calidad de croqueta y un incremento en las pérdidas de nutrientes. Colectivamente, estos riesgos no solo pueden afectar el rendimiento de la planta, sino también la de los animales y la imagen de su marca. Por ello, una gestión eficaz de la humedad a lo largo del proceso puede suponer un importante ahorro económico para las plantas de alimento balanceado.
Mejorando la estabilidad de los alimentos balanceados
En la fabricación de alimentos balanceados, hay tres componentes clave: la estabilidad de los nutrientes, la calidad física y la estabilidad de los aditivos. Estos son esenciales para agregar valor al alimento y ayudar a diferenciar su producto dentro del mercado. Es importante entender cómo los ingredientes reaccionan e interactúan entre sí, para evitar el riesgo potencial que representa la pérdida de estabilidad general y de biodisponibilidad de los nutrientes.